Experiencia acreditada, precio, reputación del abogado o conocimiento del negocio son algunos de los atributos de compra más valorados por las compañías en su proceso de selección de despachos.

Las asesorías jurídicas internas de las empresas, sobre todo de las grandes, cada vez se están sofisticando más. Normalmente, el abogado interno (in-house) de una compañía suele ser alguien que ya ha trabajado en un despacho y que conoce bien los procesos internos de una firma, así como sus métodos de facturación, el reporte de horas, los posibles márgenes y los procedimientos de asignación de trabajo.

Además, en la actualidad hay más oferta que demanda, con lo que se ha derivado en una situación en la que los clientes, a diferencia de épocas pasadas, marcan las reglas del juego. ¿Pero qué tienen en cuenta las compañías para elegir bufete? Éstas son los atributos de compra más importantes, según se desprende del Estudio del Sector Legal de los Negocios de Esade Law School.

Experiencia acreditada

La experiencia acreditada es el atributo de compra más valorado por las compañías. Saber que tu potencial abogado ha realizado anteriormente con éxito operaciones similares dota de confianza a la decisión del asesor interno. El boca oreja, los directorios y los resúmenes de operaciones en la prensa son buenas fuentes de información.
Precio

En la actual coyuntura económica, en la que se arrastran siete años de crisis, el precio es la segunda razón más importante en que se basan los in-house de las compañías para elegir a su asesor legal. Teniendo en cuenta que entre el abanico del que se elige una u otra firma ya hay preseleccionados un número de bufetes con alta calidad técnica y experiencia acreditada, el factor precio es uno de los que más inclina la balanza.
Reputación del abogado y de la firma

La reputación del abogado, incluso mejor valorada que la de la propia firma, confirma que el abogado crea marca propia, incluso dentro de bufetes reputados. El letrado que se consolida como referente, puede moverse con sus clientes de una firma a otra, pero para acceder a un tipo determinado de grandes operaciones siguen necesitando la cobertura de un gran despacho. El que la reputación del abogado sea superior a la de la firma refleja la importancia que dan los in-house a atributos personales como el sentido del humor, la empatía o las habilidades sociales, que influyen, por otra parte, en el proceso de compra.
Conocimiento del negocio

El conocimiento del negocio es otra de las características de compra mejor valoradas y es de las que más se puso de manifiesto en las dinámicas y en las entrevistas realizadas a los in-house para el citado estudio. Para la mayoría de los abogados internos es un aspecto fundamental, que sigue siendo una de las asignaturas pendientes de los despachos.
Confianza

La confianza es un valor generado por la combinación de otros valores, basados en la experiencia y la reputación del abogado. En el primer proceso de compra, la confianza es aún una intuición. En cambio, es clave como valor en el atributo de satisfacción. La confianza se asocia al largo plazo e, incluso más, a la repetición de compra. En la selección se buscan criterios más objetivos.
Calidad técnica

La calidad técnica sigue siendo un importante atributo de compra, pero se ha llegado a una situación en que se presupone a un cierto nivel -en los principales despachos de la abogacía de negocios-, lo que hace que finalmente no sea un atributo diferencial.
Red

La red de contactos es valorada en temas internacionales o para grandes corporaciones que quieran tener un único proveedor a escala mundial. Sólo en estos casos, es el valor que hace excluir a otros que no tengan red o bien solucionado su presencia o colaboraciones en el extranjero.
Trato personalizado

El trato personalizado es un valor muy tenido en cuenta. Los abogados internos pretenden conseguir un trato de confianza intentando ir un paso más allá del mero asesor de servicios jurídicos. Buscan la figura del consejero que es capaz de participar y opinar incluso en decisiones estratégicas por su sentido común y su conocimiento del negocio.
Tamaño, servicio integral y especialidades

En los últimos lugares de los atributos de compra, pero que también tienen su peso, se sitúa el tamaño del despacho, porque para muchas multinacionales la dimensión de su asesor legal es importante. También puede ser diferencial si la firma cubre la mayoría de especialidades jurídicas para ser capaces de ofrecer un servicio integral a la empresa que así lo precisa.
Qué piden los in house a los bufetes

Escuchar a los clientes. Estar totalmente presente y escuchar las necesidades, deseos y frustraciones que comparten los abogados in-house.
Comunicar de forma regular y fluida. Cada vez que se comunica (o no) con el cliente se aumenta o disminuye su confianza.
Centrarse en las necesidades del cliente y facilitarles propuestas de solución. Hay que evitar a toda costa complejidades innecesarias. Respuestas rápidas, claras y concisas.
Entender el negocio. No basta con comprender la actividad empresarial, sino también la cultura, la estructura o la tolerancia al riesgo.
Sensibilidad de los costes. Ajustarse al presupuesto y evitar sorpresas. Recordar que el abogado interno también tiene clientes.
Hacer seguimiento. Entender la importancia de acompañar a los clientes actuales y potenciales. Que sepan que te preocupas por ellos.
Compromiso y generación de confianza. Un cliente se sentirá más seguro si el abogado del bufete tiene un sentimiento de pertenencia al equipo.
Aprendizaje e innovación. Estar siempre dispuesto a aprender, estar abiertos a nuevos enfoques. Intentar marcar la diferencia.
Cobertura internacional. Para asuntos que lo requieran, poder ofrecer un servicio en varias jurisdicciones, ya sea con oficinas propias, redes o alianzas.
Cuidar los detalles. Cultivar al máximo la relación con los clientes. Todos deben ser y sentirse importantes, y todos los detalles cuentan.

Fuente de la noticia: Diario Expansion ver mas