La concesionaria del Servicio de Aguas valora el arreglo en 558.790 euros y los propietarios confían en que la obra comience de inmediato

Aqualia, la empresa que tiene la concesión del Servicio Municipal de Aguas, ha vuelto a ser condenada por la Audiencia Provincial de Badajoz a reparar un edificio de ocho viviendas que sufrió daños en su estructura a consecuencia de una fuga de agua potable que socavó durante años los cimientos del bloque.

El fallo, contra el que no cabe recurso ordinario, ha sido dictado por la sección civil de la Audiencia Provincial de Badajoz, cuyo tribunal ha ratificado en todas sus conclusiones la sentencia impuesta en primera instancia por el juzgado número 3 de Badajoz.

De este modo se pone fin al procedimiento judicial iniciado por la comunidad de propietarios del edificio Rivillas número 7 de Badajoz en representación de los propietarios de las ocho viviendas que se ubican en ese bloque, una causa en la que han contado con la representación del abogado Vicente Sánchez Paré.

Cuando se inició el proceso ninguno de los propietarios podía hacer uso del edificio porque el Ayuntamiento de Badajoz había declarado el bloque en ruina. Eso ocurrió en 2012 y obligó a marcharse a las dos familias que todavía ocupaban los pisos de la planta baja. Las otras seis ya se habían marchado por miedo a un posible derrumbe.

Los afectados plantearon en el juzgado que Aqualia debía hacer frente a los gastos de la reparación, una pretensión que ahora respalda la Audiencia Provincial de Badajoz.

En este nuevo fallo se rechazan, una por una, las alegaciones presentadas por la concesionaria del Servicio Municipal de Aguas, cuya defensa planteó que su responsabilidad en los hechos estaba prescrita porque los daños estructurales ya existían en el año 2002, más de una década antes de que se presentara la demanda judicial.

La audiencia desmonta este argumento al considerar que la responsabilidad de la concesionaria se mantiene viva durante quince años. Y abunda en que los daños no se produjeron en un momento determinado sino que fueron produciéndose de forma ininterrumpida a lo largo de los años hasta que el 25 de enero de 2013 fue reparada la tubería.

El tribunal también descarta que la juez de primera instancia no tuviera en cuenta pruebas claves en el proceso y asegura que, lejos de ocurrir así, si de algo peca «esta sentencia modélica» es de «exceso de documentación».

Una de las pruebas que pretendía hacer valer Aqualia es el informe elaborado por la Concejalía de Urbanismo en el año 2004, donde se concluía que las patologías comenzaron a producirse en el edificio a raíz de la riada de 1997. «Lo cierto es que ese informe no consta firmado por técnico alguno y no fue ratificado en el acto de juicio», resalta la Audiencia.

El fallo indica también que en la apelación se silencia «la prueba reina», que es la pericial realizada por los técnicos contratados por el propio juzgado para obtener unas conclusiones imparciales. «El perito judicial, de forma clara y convincente, afirma que la causa de los daños existentes en el edificio es la fuga de agua de la red pública de abastecimiento».

«Frente a esas dos periciales –prosigue el fallo– Aqualia hace valer el informe de un arquitecto (…) que no ha hecho catas ni ensayos, no ha visto tampoco la red de abastecimiento, llegando a admitir que hizo su informe en base a lo que le dijeron los operarios de Aqualia aunque estos no le aportaron ningún documento».

Artículo de EVARISTO FDEZ. DE VEGA

Publicado en http://www.hoy.es/badajoz/201701/04/aqualia-condenada-reparar-edificio-20170104220852.html